jueves, 29 de diciembre de 2016

CLAVES PARA MEJORAR TU RELACIÓN DE PAREJA

A veces, después de discutir con nuestra pareja, sentimos mucha rabia porque creemos que no hemos podido expresarnos con claridad y que el tono de la conversación ha subido de tal forma que hemos acabado discutiendo y enfadados.
La comunicación es un arte, y muchas veces la infravaloramos, es más importante de lo que creemos.
La comunicación es la manera que tenemos de relacionarnos con los otros, de sentirnos integrados y en bienestar.
Os voy a exponer varias pautas para mejorar la comunicación con vuestra pareja:
-Controlar nuestros impulsos. Tener un estado de ánimo sosegado, nos va a ayudar a expresarnos mejor, y a que la otra persona nos escuche mejor.
-Buscar el momento adecuado para tener la conversación. Sobretodo cuando queremos hablar con nuestra pareja sobre un tema importante, hay que elegir un momento del día en el que sepamos que ambos vamos a estar relajados. Después de la cena, tomando una infusión en la terraza, o quizás en el fin de semana, cuando el estrés no se apodere de nosotros. Hay que evitar comenzar conversaciones importantes si estás estresad@.
-Con un buen comienzo es más fácil un buen final. Si comenzamos la conversación con calma, con silencios, de una manera reflexiva, la otra persona entra también en nuestra dinámica, y las palabras fluyen.
-La escucha. Es más importante escuchar que hablar. Lo mejor para motivar a una persona, es escucharla, darle tu tiempo es un gesto de generosidad que la otra persona sabrá apreciar y os unirá.
-Deja a un lado el orgullo y los reproches. No sirven más que para empeorarlo todo. Si estas muy enfadad@, tómate un momento para ti, y verás como pasado un rato, relativizas y lo ves todo con una visión más amigable, incluso igual te ríes de ti mism@.
-No tomarse las cosas de forma personal. Si tu pareja te comenta algo sobre ti mism@ que no le gusta, no te lo tomes de forma personal. Seguramente se está refiriendo a un aspecto concreto que le ha molestado, del que se puede dialogar, pero no des por hecho que se está metiendo contigo. Del mismo modo, si hay un aspecto suyo que no te gusta, házselo saber pero siempre desde el respeto. Piensa en cómo te gustaría que te lo dijeran a ti.
-Muy importante, no dejes de dialogar por miedo a no ser entendid@. Si dejas de hablar sobre cosas que para ti son importantes, porque piensas que no sois capaces de llegar a un acuerdo, peligra vuestra relación. He visto muchas parejas que se ha separado precisamente por no remar hacia la misma dirección, callar y no dialogar por miedo al enfrentamiento. Al final, uno de los dos explota y la relación se rompe.
Respecto, sosiego, escucha y ponte en el lugar del otro. Trata a tu pareja como a ti mism@ y ¡feliz viaje!

Si pasas por un momento así, venir y os ayudo. No perdéis nada, primera sesión gratis!!

martes, 27 de diciembre de 2016

Depresión Navideña

La Navidad, aunque tendemos a relacionarla con sentimientos positivos de alegría y refuerzo de los lazos familiares, puede convertirse para algunas personas en la época más temida del año. La tristeza, la melancolía, el estrés o la depresión son sentimientos y estados de ánimo que se esconden, o que no siempre queremos ver, detrás de las fechas navideñas. En términos coloquiales se habla de depresión navideña, aunque hay que subrayar que no es la navidad en sí la que provoca estos sentimientos negativos, sino la interpretación que hacemos cada uno sobre lo que deberíamos hacer, tener o sentir en estas fechas. En otras palabras, la depresión navideña, también denominada depresión blanca o blues de Navidad, no es un trastorno en sí, sino un estado de ánimo negativo y pasajero provocado por nuestra reacción ante una serie de estímulos exteriores (desde la decoración navideña a la música de los villancicos o las reuniones familiares).
Inapetencianostalgiatristezaansiedaddificultades para conciliar el sueño… son los síntomas más comunes que acompañan a la depresión navideña. Además, el sentimiento de nostalgia suele estar relacionado con la añoranza de épocas pasadas y con la sensación de tener que sentirse alegre de manera obligatoria. No podemos olvidar que determinadas circunstancias personales y familiares, como la pérdida de un ser querido, el estar alejado de la familia por motivos laborales o estar atravesando problemas económicos o laborales, puedan agravar nuestro bajo estado de ánimo en épocas como las fechas navideñas. Sentir que no podemos cumplir con las expectativas o los deseos que nos embriagan durante la Navidad puede aumentar la sensación de frustración y tristeza.

Depresión y fobia social

Los expertos en psicología también incluyen otro perfil de personas más vulnerables a padecer la denominada depresión blanca o navideña, y son aquellas que padecen fobia social, personas con problemas para empatizar con los demás e integrarse y que tienden a evitar los encuentros navideños, así como las que tienen agorafobia o miedo a los espacios abiertos y a las multitudes. En estos casos, los síntomas más comunes son sudoración de manos, taquicardias, ataques de pánico, ansiedad y mareos.
Lo primero de todo es identificar la causa real que nos provoca la sensación de tristeza y bajo estado de ánimo.
Si los síntomas persisten durante más de dos semanas conviene ponerse en manos de un especialista, al igual que si no es la primera vez que la navidad nos provoca sentimientos negativos. Es importante hablarser escuchado y saber que se cuenta con el apoyo de los familiares y amigos más cercanos.
De igual manera es fundamental no dejarse llevar por los anuncios y mensajes que nos bombardean durante estas fechas y que nos pueden abocar a ser demasiado consumistas, olvidándonos del verdadero espíritu navideño, que no es otro que compartir. La navidad no solo está presente, ni mucho menos, en las grandes reuniones familiares o en los mejores regalos, sino en los pequeños detalles. Conviene marcarse unas expectativas reales sobre cómo celebrar la navidad.
Los expertos en psicología aconsejan tratar de ver el lado positivo de todo, y evitar estar las 24 horas pensando en lo que no podemos tener o hacer ya que eso solo elevará nuestro nivel de ansiedad y malestar emocional. Es importante apoyarse en las personas que tenemos cerca para no estar ni sentirse solo y, sobre todo, no dejarse arrastrar por situaciones o acontecimientos pasados sobre los que ya no podemos actuar. Un buen consejo es tratar de convertir ese sentimiento de nostalgia que parece invadirnos en agradecimiento por lo que realmente tenemos y disfrutamos, porque las pequeñas cosas son las que dan sentido a la vida.

La Compra Compulsiva

Qué es la compra compulsiva

Muchas veces con la llegada de las rebajas hay quien gasta más de lo que puede, pero existe una parte de la población para los que estas fechas sólo son una excusa perfecta para comprar de todo y a todas horas. El hecho de comprar un poco más de la cuenta es algo normal, dada la sociedad en la que nos movemos, pero esta actividad se puede convertir en algo peligroso e incluso patológico.
Los expertos hablan de compra compulsiva como de un trastorno que se caracteriza, básicamente, por una urgencia irresistible de compra masiva de objetos superfluos. Esta adquisición se acompaña de sentimientos de ansiedad, irritabilidad y nerviosismo. Tras un breve período de alivio temporal de la tensión, la persona experimenta un sentimiento de culpa que no le impide, sin embargo, volver a comprar, ya que no hay ningún control sobre los impulsos y no se distingue entre deseo y necesidad.

Perfil del comprador compulsivo

La compra compulsiva la sufren aquellas personas que compran sólo por el placer de comprar, no porque necesitan lo que adquieren. El perfil de la persona que padece adicción a la compra es muy similar al del ludópata. Para muchos compradores compulsivos, la compra les otorga el poder de decisión negado en su entorno familiar o laboral.
El sector de la población que destaca como compradores compulsivos son mujeres jóvenes, con un nivel económico, cultural y profesional elevado. La compra compulsiva suele comenzar a los 18 años y se manifiesta como un problema entre 7 y 10 años más tarde, por las deudas acumuladas, sensación de ser rechazado, sentimientos de culpa, dificultades financieras, legales, problemas conyugales y familiares.

Causa / Etiología de la compra compulsiva

Se desconoce la causa de la compra compulsiva, pero en el ámbito profesional se esgrime como razones que provocan este trastorno el tipo de vida de las sociedades consumistas y las posibles carencias afectivas y descompensaciones personales o profesionales, a las que se da salida con compras excesivas de objetos para uno mismo o para los demás.
De una manera más detallada, las principales causas de la adicción al consumo son las siguientes
a) preexistencia de rasgos psicológicos específicos (ser caprichoso e impulsivo, un nivel alto de ansiedad en relación con la compra, etc.);
b) insatisfacción personal;
c) atracción por los estímulos de consumo;
d) mayor aceptación de valores consumistas y vulnerabilidad psicológica hacia los mensajes que relacionan el consumo con la felicidad y el éxito social;
e) bajo nivel de autoestima y desconfianza hacia las propias aptitudes o habilidades.
La compra compulsiva es como cualquier otro comportamiento obsesivo. Es un trastorno de una conducta normal que, en este caso, a fuerza de repetirse y de provocar una sensación agradable, pasa a ser buscada con ansiedad.

Tratamiento de la compra compulsiva

Los psicólogos recomiendan combinar el tratamiento farmacológico con diversas medicaciones psicotrópicas, incluyendo antidepresivos, ansiolíticos, estabilizadores del humor o antipsicóticos. Últimamente también se les trata con medicación antiobsesiva a dosis inferiores a la del trastorno obsesivo-compulsivo (fluvoxamina, un antidepresivo inhibidor de la recaptación de serotonina). Además, conviene aplicar diferentes tipos de terapia (terapia grupal, psicoterapia individual cognitivo-conductual, etc.) para mejorar la autoestima.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Regalo Ideal

Se acerca la Navidad y es el momento en el empezamos a preparar la carta a los Reyes Magos de toda la familia. Si los adultos solemos pedir los mayores caprichos del año, los más pequeños reclaman también atención y regalos especiales. Pero en ocasiones es complicado saber elegir qué es lo más apropiado para cada niño, especialmente en la etapa inicial de su desarrollo
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Por este motivo, Deanna Marie Mason, experta en educación y salud familiar con más de 20 años de trayectoria profesional, ha recopilado una serie de recomendaciones para que según la edad y etapa de desarrollo de los más pequeños, podamos elegir el juguete más apropiado. Mamá Psicóloga Infantil quiere compartirlos contigo para que puedas acertar con los juguetes de tus peques.  Te lo cuento a continuación en función de la edad.
Recién nacido (de 0 a 6 meses)
Los bebés necesitan algún elemento que les aporte seguridad. Están acostumbrados a estar con sus padres, por lo que es importante ofrecerles un peluche o muñeco blando que les transmita seguridad. Además, son recomendables los arcos de actividad, ya que los colgantes con colores, luz y sonido, ayudan a mejorar su coordinación y fuerza.
Bebés de 6 a 12 meses:  
Para estos niños es recomendable tener a mano un mordedor. Alrededor de los 6 meses empieza la dentición, por lo que les ayudará en el proceso. Además, los sonajeros potencian su coordinación. Con unos 10 meses pueden empezar a jugar con bloques, mejorando el control de sus manos y brazos.
Entre los 12 y los 18 meses:  
La carta a los Reyes ya puede incluir también libros con fotos e imágenes. Este tipo de libros ayuda a mejorar el desarrollo del lenguaje, asociando este momento con el rato de irse a dormir. Además, darles juguetes que puedan arrastrar, tipo cochecitos, le anima a moverse.
De 18 a 24 meses: 
Este es el momento de mayor actividad para los niños más pequeños, por lo que una mesa de actividades sobre la que puedan pulsar interruptores o diversas piezas potenciará su coordinación. La música es otro de esos elementos con los que los niños siempre se sientes a gusto. Pedir a sus majestades CDs con música infantil ayudará a fomentar el desarrollo del lenguaje y la memoria.
De 24-36 meses 
Los juegos más habituales consisten en la imitación de las personas que tienen a su alrededor. Herramientas de plástico, objetos de cocina o un carrito de limpieza, por ejemplo, son juguetes con los que los pequeños de la casa podrán fingir que son alguien conocido. Además, en esta edad los niños empiezan a expresarse con un vocabulario limitado y adaptado a sus capacidades, por eso es recomendable que tengan libros para colorear y papel y pinturas para dibujar, ya que fomenta su capacidad de comunicación.
De 3 a 5 años
A partir de los 3 años, y hasta los 5 aproximadamente, es recomendable también introducir juguetes de fantasía como disfraces, trucos de magia o superhéroes, ya que es el momento perfecto para que los pequeños de la casa jueguen a ser sus personajes preferidos. Si además, pedimos a los Reyes Magos juegos de mesa adaptados siempre a su edad, les enseñaremos poco a poco cómo potenciar la cooperación y relacionarse con otras personas.
De 5 a 8 años
Pero si tus hijos ya han alcanzado los 5 años, y al menos hasta los 8, lo más recomendable es hacerles ver que en su lista de peticiones no deberían faltar los juegos de mesa y los juguetes que fomenten la realización de deportes, sobre todo si son para practicar en equipo (balones, equipaciones, raquetas…). Además, es la edad perfecta para aprender a montar en bici o patinar, y por tanto el momento idóneo para pedir la ansiada bicicleta o los patines de última moda. Pero si lo que les gusta a nuestros pequeños son las actividades más sesudas, un kit de juegos científicos para disfrutar convirtiéndose en el nuevo CSI del colegio, que además, ayudará a potenciar su desarrollo cognitivo y creatividad será el regalo estrella de la Navidad.

Con independencia del juguete que incluyamos en nuestra lista de deseos para el niño, lo importante es atender a la edad recomendada que suele aparecer en los embalajes, ya que se trata de una medida de seguridad enfocada a su bienestar y protección”, concluye Deanna Marie Mason.

Con estos consejos seguramente los Reyes Magos acertarán de pleno con los regalos para los más pequeños. Consejos sencillos con los que la familia al completo disfrutará de la Navidad.

Sobre Deanna Marie Mason

Deanna Marie Mason es una profesional de la Salud que cuenta con el máximo grado de formación, una especialización en pediatría con un foco especial en el mundo de los adolescentes y más de 20 años de experiencia profesional trabajando con recién nacidos, niños, adolescentes y familias.
A lo largo de estas décadas, Deanna ha ayudado a infinidad de familias a mejorar sus vidas, proporcionando guías de actuación basadas en los últimos avances científicos y médicos que permiten anticiparse a los problemas más habituales de niños y adolescentes y prevenirlos con éxito.
Además, es escritora y colaboradora en publicaciones científicas como Research and Theory for Nursing Practice, Nurse Researcher o Holistic Nursing Practice. Actualmente dirige su propio negocio de consultoría y recientemente ha publicado Qué hacer para que tu hijo no sea un imbécil, libro en el que explica cómo podemos ayudar a los adolescentes a encontrarse a sí mismos mientras se encuentran inmersos en una etapa de cambios.

Psicología Infantil

Niños sin límites padres sin autoridad

 

NIÑOS SIN LÍMITESLamentablemente todos conocemos casos de niños sin límites. Niños sin límites que al llegar al cole ejercen un poderoso efecto negativo sobre los demás. Niños con caracteres fuertes o sencillamente mal educados. Y cuando digo mal educados lo digo con todo el sentido de mala educación. El exceso de permisividad y la falta de autoridad de algunos padres da lugar a niños sin límites que navegan por el mundo tropezándose con el resto de niños. Esos últimos con padres que intentan educarles, con mayor o menor acierto, en valores tan importantes como el respeto, el compañerismo, la bondad y la amistad.

Que no debemos delegar la educación de nuestros hijos solo en la escuela se dice y se repite hasta la saciedad. Es en casa donde se educa. Es en casa donde se debe empezar a poner límites y no esperar a que alguien nos llame la atención. Los niños, sencillamente son niños y aprenden por imitación. Hacen lo que ven hacer en casa y en su entorno más cercano. La escuela es también uno de esos entornos cercanos donde niños sin control desestabilizan el grupo, ejerciendo su liderazgo negativo, captando la atención de los demás y distorsionando las actividades diarias. Y está claro que muchos copian esos comportamientos y se los llevan a casa. Es aquí donde debemos decir basta. Familia y escuela debemos trabajar conjuntamente y no hacer la vista gorda ante la agresividad, la humillación y la falta de respeto.
No vale con cerrar los ojos y mirar hacia otro lado. No hay bastante con pensar o decir que son niños en proceso de formación y que las etiquetas son malas. Ciertamente las etiquetas suelen picar y escocer, no nos gustan a nadie y por eso tendemos a cortarlas. Pero las etiquetas nos dan mucha información sobre cómo actuar con el tipo de material com el que estamos trabajando, con los niños y con los padres suele ocurrir lo mismo.
Hay que trabajar el autocontrol como padres pero también hay que inculcarlo a los hijos. Hay saber qué rol ejercemos y cómo lo llevamos a cabo. No basta con vivir con los niños, hay que educarlos para que sepan vivir y convivir.

Niños sin límites, padres sin autoridad.

Estos niños sin límites a los que me refiero hoy son la consecuencia directa de la falta de autoridad, de unos padres inmaduros que pretenden ser más amigos de sus hijos que ser padres. Porque ser padres significa guiar, contener, poner límites, decir no, explicar lo que está bien y lo que no. Ser padres significa esforzarse más allá de proporcionarles abrigo, cobijo y alimentación a nuestros hijos. Ser padres significa también asumir el conflicto y no solo divertirse con ellos.
Los niños sin límites son pequeños tiranos, pequeños dictadores que no entienden de respeto hacia los demás. Niños con conductas groseras y violentas. Niños faltones e irrespetuosos. Unos pequeños matones que van de aquí para allá sin importarles absolutamente nada. Niños a los que les faltan muchos nos y probablemente más atención parental.

¿Cómo actuar cuando convives con niños sin límites?

La actuacción como padre o madre de un niño que convive con otro sin límites es seguir educando al propio en los valores en los que creeis como familia. Enseñarle a distinguir entre lo que está bien y lo que no, entre lo que se permite y lo que no en casa y fuera de ella.
Si el mal comportamiento del niño sin límite afecta a tu hijo habla con la tutora y exponle claramente la problemática. No es cuestión de buscar culpables más bien de poner soluciones.

Déjanos tu opinión al respecto, nos interesa mucho escuchar lo que piensas.