viernes, 20 de enero de 2017


¿Cómo saber si eres demasiado celoso o celosa?


Friedrich Hebbel, un poeta alemán, dijo: “cualquier cosa que el hombre gane debe pagarla cara, aunque no sea más que con el miedo de perderla”. Esto significa que todos, cuando mantenemos una relación de pareja, experimentamos cierta preocupación por la posible pérdida de la persona amada. En algunas ocasiones ese temor se traduce en celos. Sin embargo, se trata de celos sanos pues solo implican una preocupación comprensible y racional por la pérdida.

Los celos sanos son aquellos en los que la preocupación o el miedo a perder a la persona amada no nos hacen perder nuestra capacidad de raciocinio. Podemos experimentar cierta preocupación pero esta no nubla nuestra mente ni nos conduce a sacar conclusiones irracionales o a imaginar situaciones inexistentes. La persona que siente unos celos sanos desea que su pareja permanezca a su lado pero no intentará controlarla. Además, esos celos no provocan un malestar intenso en la persona ni afectan seriamente la relación.
No obstante, los celos patológicos van un paso más allá, hasta el punto que se pueden catalogar como un trastorno.Este tipo de celos son infundados y pueden llegar a obsesionar a la persona que los padece, convirtiéndose en el centro alrededor del cual gira su mundo. Como resultado, repercuten negativamente en su comportamiento y generan hostilidad, autocompasión y una profunda inseguridad.

La persona que experimenta celos obsesivos llega a demandar que su pareja no se implique emocionalmente con nadie, muchas veces, ni siquiera con sus amigos. Para evitar que esto suceda, se dedica a vigilar cada uno de sus movimientos, llegando a imponer reglas absurdas. Esa presión constante termina convirtiéndose en una bomba de tiempo para la relación pues la otra persona se siente atrapada y vigilada.



Síntomas de la celotipia

La persona con celotipia no siempre es consciente de su problema, suele pensar que sus celos son normales. Sin embargo, el primer paso para superar los celos consiste en reconocer su existencia. Por eso, es importante que leas con atención los siguientes comportamientos y analices si te ves reflejado en algunos:
§  Tienes un miedo excesivo a perder a tu pareja que te hace sentir mal.
§  Imaginas frecuentemente que tu pareja te engaña con otra persona.
§  Analizas meticulosamente el comportamiento de tu pareja buscando señales que confirmen una posible infidelidad.
§  Vigilas a tu pareja o vulneras su intimidad, por ejemplo mirando sus mensajes de móvil o sus correos electrónicos.
§  Controlas en exceso y limitas el día a día y la vida de tu pareja.
§  Odias a los amigos y colegas de trabajo de tu pareja porque pueden pasar tiempo con él/ella.
§  Tus celos no tienen una base real sino que se fundamentan en situaciones imaginarias o en conclusiones que extraes a partir de pequeños detalles.
§  Los celos están afectando tu vida, hasta el punto que duermes poco o sufres cuando tu pareja no está a tu lado. La obsesión por una posible infidelidad o el abandono te impiden vivir plenamente.
§  Le exiges a tu pareja que te cuente todo lo que hizo a lo largo del día en la búsqueda de pistas que desvelen un posible engaño.
§  Llamas a tu pareja con frecuencia, solo para saber qué está haciendo. Cuando no responde imaginas que te está engañando con otra persona.
§  Te comparas constantemente con las personas con las que se relaciona a diario tu pareja porque tienes miedo a salir mal parado/a.
§  Sufres una gran ansiedad cuando tu pareja tarda más de lo habitual en llegar a casa o a una cita e inmediatamente piensas que te está siendo infiel o ha perdido el interés por vuestra relación.

¿Cuáles son las causas de los celos obsesivos?

Las causas de los celos patológicos varían de una persona a otra, aunque en su base normalmente se encuentra una gran inseguridad, una baja autoestima y una falta de confianza en sí mismo. La persona celosa no cree que sea digna de amor, por lo que cualquier detalle, una mirada o una tardanza, es suficiente para encender la mecha de los celos.
En muchos casos esa inseguridad se puede rastrear hasta la infancia, generalmente debido a unos padres que estuvieron ausentes emocionalmente y no satisficieron las necesidades de protección y cariño del niño. En otros casos la inseguridad puede estar provocada por una experiencia traumática o humillación vivida en una relación de pareja anterior.
No obstante, también se ha apreciado que detrás de los celos patológicos hay determinadas características de personalidad, como la necesidad de tener el control y la tendencia a exagerar la realidad. Se trata de personas que tienen una gran habilidad para hacer una tormenta en un vaso de agua. También suelen tener escasas habilidades sociales, por lo que piensan que si su pareja les abandona no podrán ser felices ni encontrar a otra persona que les ame. De hecho, los celos de pareja suelen esconder una dependencia emocional.

En la base de los celos enfermizos también se encuentran determinadas creencias, como pensar que la pareja es una posesión y, por tanto, solo puede mostrar amor hacia él/ella. En otros casos los celos esconden una preocupación obsesiva por la imagen social. La persona cree que si su pareja le engaña los demás se reirán de él/ella. Para evitar esa situación, desarrolla una actitud controladora.

Las consecuencias de los celos enfermizos


Cuando los celos son irracionales se convierten en una patología. La persona vive acechada por sus miedos, inseguridades y sospechas. La idea de que su pareja pueda engañarle o abandonarle le sume en un estado de hipervigilancia, a la búsqueda de señales que confirmen sus peores temores. Obviamente, alguien que vive de esta forma no puede ser feliz.

Por otra parte, llega un punto en el que ese control obsesivo resulta insoportable para la otra persona, por lo que los celos terminan dañando irremediablemente la relación de pareja. La sensación de ser observados y controlados hace que, tarde o temprano, la pareja cambie su forma de comportarse y sea menos solícita y cariñosa, alejándose primero emocionalmente y luego físicamente. La falta de confianza destruye cualquier posibilidad de diálogo y ahoga a la otra persona.

En ese punto, la angustia e infelicidad que puede experimentar la persona celosa es tan grande que le desestabiliza emocionalmente. Entonces puede cometer actos desesperados, desde la agresión física a su pareja hasta el suicidio. De hecho, muchos de los casos de violencia de género que aparecen en las noticias están motivados por unos celos patológicos.

Cómo superar los celos con tratamiento psicológico

Te gusta tu pareja. Tanto que no sabes por qué has desarrollado unos celos tan exagerados. Temes perderla y eres consciente de que debes controlar los celos pero no sabes cómo hacerlo. Te enseñaré cómo superar los celos.

Te enseñaré Técnica y Herramientas para acceder a las emociones que están grabadas en tu cerebro y que te impiden amar de una manera sana. También trabajaremos con las creencias irracionales que te impiden controlar los celos y dan pie a los errores de interpretación.

Gracias a las técnicas que utilizo, no solo podrás saber cómo controlar los celos sino que además podrás:

§  Encontrar el origen de tus celos de pareja.
§  Superar el miedo a la soledad y al abandono, así como la ansiedad que esto genera.
§  Aumentar la autoestima y la confianza en ti mismo/a.
§  Eliminar los prejuicios y las creencias irracionales sobre la infidelidad, asumiendo una actitud más objetiva.
§  Descubrir que eres único e irrepetible, y que mereces el amor de otra persona.
§  Vivir tu relación desde una posición de igualdad al comprender que la pareja no es una propiedad y merece libertad.
§  Desarrollar habilidades sociales que te permitirán mantener una comunicación más fluida con tu pareja, para consolidar la relación.
§  Aprender a confiar en la persona que has elegido como pareja.







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